7líneas o No tan breve

® MRevenga

Quiero recuperar el espíritu siete líneas que fue la semilla de este blog, comentar en pocas palabras una experiencia cultural. Hablaré así muy brevemente de cinco obras que he tenido ante mí en el último mes y que han dejado un poso en mi cabeza.

  • Dios fulmine a la que escriba sobre mí, aquí la escritora Aura García-Junco se vacía para compartir el duelo por la muerte del padre, y a mí me llenó, me llenó con esta pregunta “¿En qué momento se torció todo?”
  • Aquí nunca pasa nada, Teatro sin papeles, cuenta la Operación Carioca, una trama de prostitución y corrupción en Lugo. Contado con tan pocos medios y tanta sutiliza que hace más profunda la semilla de la denuncia plantada en la conciencia del espectador.
  • Truman, el adjetivo de «floja» me parece adecuado para este guion (¡premiado con un Goya!) que trata de una amistad a la que le faltan los cimientos,  de un enfermo poco creíble, de una escena de sexo ¿necesaria?, con unos diálogos olvidables… Sostenido, sí, en las buenas actuaciones de los actores y del enorme perro Troylo.
  • Burro, desde la tercera fila del teatro se olía la paja del establo, se veía el miedo en los ojos de este burro anónimo que representa a todos los burros de la historia. Intenso trabajo una vez más del dramaturgo Álvaro Tato, excelente actuación de Carlos Hipólito y sus acompañantes, dirigidos por Yayo Cáceres con una compleja y sutil puesta en escena. Así lo cuentan ellos: aquí. Reí, sonreí y contuve las lágrimas.
  • Los desorientados, más de quinientas páginas que se devoran, publicada en 2012 se sitúa en los inacabables conflictos de Oriente Medio: “Un regreso literario a su país natal que se convierte en una reflexión universal sobre la amistad, el amor, la memoria, el exilio y la identidad.” Amin Maalouf nos sumerge en ese viaje, olores, sabores, paisajes van llenando los sentidos y los diálogos, las anotaciones, los mensajes entre el grupo de amigos protagonistas, que planean juntarse tras veinte años de exilio, nos va llevando a las razones de cada uno, a pensar y repensar lo qué somos, como individuos, como humanidad.

La diferencia entre un siete líneas y un no tan breve es más que el número de palabras, la diferencia son las horas de trabajo, de poso, de reposo y de repaso. Para que la tierra agrícola vuelva a ser productiva es necesario un periodo de barbecho. Igual que la obra de cualquier artista y eso se nota.

MRevenga

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